El primero y el postrero
Para el corazón torcido del hombre, es más fácil poner la confianza en las cosas visibles, externas, que en un Dios invisible que trata con el hombre en la intimidad de su corazón. Así fue desde el principio con Israel. Lo que eran indicaciones tipológicas, se convirtieron, en un pueblo cegado por la incredulidad y […]