La epístola a los Efesios contiene tal vez las más profundas revelaciones del Nuevo Testamento, especialmente en lo tocante a la iglesia en la presente dispensación.
Hay una expresión en esta epístola que es muy reveladora de la actitud amplia e inclusiva del apóstol respecto de la iglesia, y que es la actitud que se espera de los hijos de Dios en el tiempo del fin. La expresión es «todos los santos». Aparece por primera vez en 1:15: «…de vuestro amor por todos los santos». Los efesios han alcanzado un nivel de madurez espiritual, lo cual se demuestra en su amor hacia todos los santos.
La segunda está en 3:9: «…y de aclarar a todos». Aquí el «todos» implica «todos los santos». Pablo dice que ha recibido la encomienda de Dios de aclarar a todos los santos el misterio escondido desde los siglos en Dios. Y este misterio, nos dirá en Colosenses 2:2, es Cristo.
La tercera vez que aparece es en 3:18: «Seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura…». Las medidas de la dimensión celestial de Cristo solo pueden ser comprendidas con todos los santos. Nadie en forma individual puede obtener esa comprensión.
La cuarta está en 4:6: «Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos y en todos». Aquí se nos dice que Dios es el Padre de todos los creyentes. La Trinidad está implicada aquí de la siguiente manera: El Padre está sobre todos; el Hijo por todos, y el Espíritu Santo en todos. No hay, pues, distinción alguna: todos los hijos de Dios han sido objetos de la gracia del Dios trino – como también queda de manifiesto en los primeros 14 versículos de la epístola.
La quinta está en 4:13: «…hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios». Aquí de nuevo la palabra «todos» está implicando a todos los santos. ¿Qué ocurre con ellos? Todos los santos han de llegar a ese nivel de unidad y de conocimiento. La obra del ministerio y la edificación del cuerpo de Cristo es un asunto de todos los santos, y el objetivo de ello es que todos lleguen a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios.
Finalmente, la sexta está en 6:18: «…con toda perseverancia y súplica por todos los santos». Como consecuencia de todo lo anterior, el apóstol pide a los efesios que oren por todos los santos.
Esta consecuencia es absolutamente lógica: Si ellos aman a todos los santos, si ellos entienden que todos los santos han sido alcanzados por la revelación del misterio; si se necesita de todos los santos para conocer la plenitud de Cristo; si el Dios trino está involucrado en la suerte y bendición de todos los santos; si la meta de Dios es que todos los santos lleguen a ser un varón perfecto; entonces es preciso orar por todos los santos.
La revelación, la actitud y la tarea de los creyentes hoy ha de ser tan amplia y preciosa como la de los efesios.
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