Yo te busqué, Señor, pero descubrí:
para hallarme, tú me hiciste buscarte.
No fui yo quien te hallé, oh Salvador.
No; yo fui hallado por ti.
Extendiste tu mano y me tomaste;
vagaba, mas no sucumbí
en el mar embravecido.
No fui yo quien me apropié de ti.
Tú, querido Señor,
de mí te apoderaste.
Yo busco, yo ando, yo amo,
mas todo el amor
es sólo mi respuesta hacia ti, Señor.
Pues antes ya estabas cerca de mí,
tú siempre me amaste a mí.
Autor Anónimo
Traducción libre desde el portugués