Palabra clave: Edificar / Versículo clave: 1:8.
Hageo es el primero de la lista de los profetas menores post-exilio. Él replica, para un pueblo apático, el llamado de Dios a reconstruir el Templo en ruinas. Hageo contrasta la vergüenza de la negligencia del pueblo con la recompensa de su fidelidad. Él anuncia la promesa de que el Señor se agradará de la obra: la gloria postrera de la casa será mayor que la primera, pues el Deseado de todas las naciones vendría y pisaría en sus atrios.
Esdras es un comentario histórico para el presente libro, así como Zacarías es un comentario profético. Hageo era probablemente uno de los cautivos, retornando junto a Zorobabel en 536 a. de C., y profetizando en el reino de Darío hijo de Histaspo. El trabajo de reconstrucción, que fuera interrumpido debido a la oposición samaritana con Esmerdis el usurpador, pudo haber sido retomado cuando Darío asumió el trono (521 a. de C.), y no fue el atraso provocado por la indolencia de un pueblo infiel. Debido a los llamamientos de Hageo y Zacarías, el trabajo fue recomenzado en el segundo año de Darío en 520 a. de C.
Hageo se encontró con algunos líderes del pueblo para quienes la profecía no era motivo de estímulo y aliento, sino al contrario, era como un sedativo, un narcótico. Aplicando los “setenta años” tanto al Templo como al exilio, ellos dijeron que apenas habían pasado sesenta y ocho años desde la destrucción (558 a. de C.), y que “no ha llegado aún el tiempo de que la casa del Señor sea reedificada”. Así, ellos dejaron el Templo de lado, mientras construían casas artesonadas para sí mismos.
Divisiones:
1. Hag. 1. Exhortación.
2. Hag. 2:1-9. Palabras de aliento.
3. Hag. 2:10-19. Mensaje a los sacerdotes.
4. Hag. 2:20-23. Mensaje a Zorobabel.