Analizando recientes acontecimientos críticos en Irak, Europa y Antártida, cada uno de ellos con consecuencias globales.

Dramáticas imágenes de desesperados habitantes del norte de Irak huyendo de la guerra han dado la vuelta al mundo en estas últimas semanas. Occidente contempla con inquietud los acontecimientos, y Estados Unidos esta vez no parece dispuesto a involucrarse nuevamente en una nueva aventura bélica en esa inestable zona. Todo ocurre con mucha rapidez; los analistas vaticinan la división del país y la posible creación de un nuevo estado islámico, que incluya territorios actualmente de Siria y gran parte del actual Irak.

Algunas consideraciones históricas nos ayudarán a comprender en parte el actual estado de esta crisis.

  1. La crisis en Siria e Irak

Las fronteras del actual Medio Oriente son en gran parte un legado de la Primera Guerra Mundial. Fueron establecidas por poderes coloniales luego de la derrota y el desmembramiento del Imperio Otomano. Esas fronteras pueden estar ahora en peligro por dos razones: el conflicto en Siria, que no se detiene, y el asalto de ISIS (Estado Islámico de Irak y Siria) a Irak. A menos que el avance de ISIS sea revertido, el estado iraquí corre peligro como nunca antes en su historia.

Las crisis en Siria e Irak combinadas pueden generar un «estado» que incluya el oriente del primer país y el occidente iraquí, controlados actualmente por los militantes islámicos. Esto tendría enormes consecuencias para la región y para el mundo. Irak parece ir de crisis en crisis y la pregunta es cuándo todo salió mal.

Fallas de origen

Para algunos, los problemas de Irak empezaron con su creación, con la fundación del estado moderno iraquí. El Reino Unido, el poder colonial, estableció un reino Hachemita al que poco le importaron las otras comunidades, como chiitas y kurdos, un tema recurrente en la turbulenta historia del país.

La monarquía fue eventualmente derrocada por un golpe del partido Baas, un movimiento secular, nacionalista y modernizador similar al que llevó al poder a Gamal Nasser en Egipto.

Este sistema sería el que heredaría Sadam Hussein, cuyo régimen –dominado por la facción sunita– también reprimiría reivindicaciones chiitas y kurdas. El apoyo de Occidente al gobierno de Sadam durante la guerra Irán-Irak solo pareció consolidar su brutal liderazgo.

Intento hacia la democracia

El gobierno del Partido Baas fue destruido por la invasión estadounidense y británica de 2003.

Sadam Hussein fue depuesto, juzgado y finalmente ejecutado por el nuevo gobierno iraquí. El ejército iraquí fue desmantelado en su mayoría y nuevas fuerzas de seguridad fueron creadas.

La guerra que algunos neoconservadores habían imaginado como un intento de llevar democracia a la región, establecer nuevos acuerdos políticos y unir a todas las comunidades, produjo finalmente un estado dominado por una mayoría chiita.

Muchos se habían preguntado si Irak podría mantenerse como un estado unitario. Una de las razones detrás de la pregunta era el significativo nivel de autonomía logrado por los kurdos en el norte del país.

Retiro de Estados Unidos

A pesar de los planes iniciales de mantener algunas fuerzas en Irak para asistir al ejército local, no se logró alcanzar un acuerdo entre Bagdad y Washington y las últimas tropas estadounidenses se retiraron en diciembre de 2011, dejando la seguridad del país en manos de fuerzas de seguridad iraquíes no tan efectivas.

Estados Unidos había logrado significativos avances en su lucha contra grupos yihadistas vinculados a Al-Qaeda acercándose a otros grupos sunitas. Sin los estadounidenses, estos acuerdos se derrumbaron. Los sunitas se encontraron cada vez más vulnerables ante un ejército dominado por chiitas.

Sin duda, la mano dura de las fuerzas de seguridad iraquíes funcionó como la mejor política de reclutamiento de ISIS.

Rivalidad chiita-sunita

La gran paradoja de la caída de Sadam Hussein impulsada por Estados Unidos es que, al destruir Irak como un actor regional de peso, se aceleró y facilitó el crecimiento de Irán.

Teherán vio en los chiitas iraquíes un aliado en una batalla regional más amplia.

Quizás incentivado por el apoyo iraní, el triunfalismo chiita del primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, provocó el rechazo de grupos sunitas, empeorando la situación de seguridad en el terreno.

Riqueza petrolera vs. miseria social

El sectarismo y la división entre sunitas y chiitas son vistos por muchos analistas como la situación del huevo y la gallina. ¿Son las diferencias sectarias el problema o es que los fracasos del estado iraquí en lo social y en lo económico promovieron mayores divisiones?

A pesar de la riqueza petrolera, los iraquíes viven en su mayoría en condiciones de pobreza y los niveles de corrupción son altos.

El contexto regional

Nada de lo que ocurre en el Medio Oriente ocurre en un vacío. Los iraquíes, aunque concentrados en sus propios problemas, han observado cómo las corrientes de la Primavera Árabe han venido y se han ido: la transformación política casi circular de Egipto y, por supuesto, los conflictos en la vecina Siria. El crecimiento de la disidencia yihadista en ese último país tenía que acarrear inevitablemente implicaciones al otro lado de la frontera.

El apoyo a los militantes sunitas extremos por parte de los países del Golfo también facilitó el surgimiento y la consolidación de grupos como ISIS, con una agenda regional más ambiciosa.

Lo peor por venir

Y hay consistentes informes de que el gobierno de Siria bajo el mando de Bashar al-Asad le ha prestado menos atención a estos insurgentes y se ha concentrado más en los combates contra militantes más moderados apoyados por Occidente.

Lo peor podría estar por venir, porque si ISIS ahora controla muchas zonas de Siria e Irak y consolida su posición, y si comienza a concentrar su atención en Europa y EE.UU., podría hacer dejar pequeño a Al Qaeda.

En primer lugar está el peligro de que Irak se parta en tres, una parte Kurda, otra Chiita y otra Sunita. Hoy esto es una posibilidad.

La intención de ISIS, puede ser crear un espacio ingobernable. Y tal vez están intentando crear un espacio desde el que puedan operar, no tan diferente del Talibán en Afganistán. Ese peligro existe. Si esa es su principal intención la pregunta es si veremos las consecuencias de esto en Occidente.

  1. Europa: Alarmante aumento de inmigrantes africanos

El director general de la Organización Internacional para la Migración (OIM), William Lacy Swing, ha pedido acción internacional urgente y cooperación intensificada tras la llegada de un barco con unos 5.470 inmigrantes a Sicilia a principios de junio de 2014.

Cerca de 50.000 inmigrantes y buscadores de asilo han llegado a Italia desde el norte de África durante los seis primeros meses de 2014, una cifra que ya supera al total de 2013, 40.304 personas, según ha informado la agencia de noticias humanitarias de Naciones Unidas, IRIN.

En Italia, la operación ‘Mare Nostrum’, puesta en marcha por el Gobierno en octubre de 2013, ha salvado cientos de vidas que podrían haberse perdido en el mar. Sin embargo, Swing ha alertado de que las llegadas de inmigrantes no solo se producen en el Mediterráneo sino que «es desafortunadamente un fenómeno global».

Traficantes de personas

El director de la OIM ha condenado la actuación de los traficantes y contrabandistas «que se aprovechan» de la desesperación de los inmigrantes y ha pedido más cooperación internacional para identificarlos y perseguirlos. «Las muertes innecesarias de estos inmigrantes y buscadores de asilo son una ofensa para todas las naciones civilizadas», ha subrayado.

La OIM ha pedido un debate de alto nivel en el que participen tanto los países de destino, como los de origen y tránsito, así como los actores preocupados y socios de las rutas del Mediterráneo hacia Europa. Swing ha instado a buscar acciones conjuntas que eviten más muertes de inmigrantes.

  1. Los efectos del cambio climático

El deshielo de los glaciares en la Antártida occidental ha cruzado «el punto de no retorno» y ya es «irreversible» e «imparable», según han advertido científicos de la NASA que han estudiado los datos recogidos por la agencia espacial de Estados Unidos durante cuatro décadas. Los glaciares, que se están derritiendo más rápido de lo previsto, contienen suficiente hielo para elevar el nivel global del mar en 1,2 metros.

«Este estudio muestra que hemos cruzado un umbral crítico», ha subrayado Tom Wagner, científico del programa de criósfera de la NASA y ha destacado, para atajar escepticismos, que el informe «no se sustenta en simulacros de computadora o modelos numéricos». «Esto se apoya en la interpretación empírica de más de cuarenta años de observaciones desde satélites de la NASA».

Los glaciares en el sector del Mar de Amundsen de la Antártida occidental «han pasado el punto de no retorno», según el glaciólogo y autor principal del informe Eric Rignot, de la Universidad de California Irvine y el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Estos grandes glaciares ya contribuyen de manera significativa al aumento del nivel del mar, liberando casi la misma cantidad de hielo en el océano anualmente que toda la capa de hielo de Groenlandia.

Sin embargo, a raíz de este último informe, estas cifras se deberán revisar al alza.

«Este sector será un importante contribuyente al aumento del nivel del mar en las décadas y siglos venideros», ha destacado Rignot.

Aumento de la temperatura

A medida que los glaciares retroceden, no pueden escapar del alcance de los océanos, y el agua caliente provocará que la fusión sea aún más rápida. «El colapso de este sector de la Antártida occidental parece ser imparable», dijo.

El hecho de que el deshielo esté sucediendo al mismo tiempo en un sector grande sugiere que fue provocada por una causa común, como un aumento en la cantidad de calor del océano debajo de las secciones flotantes de los glaciares.

Sridhar Anandakrishnan, profesor de geociencias en la Universidad de Pensilvania, ha subrayado por su parte que «el cambio que está ocurriendo es enorme».

Satélite europeo confirma el rápido deshielo

Las observaciones llevadas a cabo durante los últimos tres años con ayuda del satélite CryoSat, de la Agencia Espacial Europea (ESA), han permitido descubrir que la Antártida está perdiendo cada año 159.000 millones de toneladas de hielo, el doble del volumen calculado en el último estudio de estas características (hace cinco años).

Los datos del CryoSat analizados por expertos del Centro del Reino Unido para Observación y Modelización Polar también confirman que las zonas más afectadas por la rápida desaparición del hielo se encuentran en el oeste de la Antártida, en las proximidades del Mar de Amundsen, unos datos que coinciden con el estudio difundido en mayo de 2014 por expertos de la NASA sobre el colapso o progresiva desintegración de los principales glaciares de esta zona del continente antártico.

Los datos difundidos ahora por los expertos del Reino Unido y la ESA forman parte de un amplio estudio científico que se publicó recientemente en la revista Geophysical Research Letters (junio 2014).

Los autores calculan que entre 2010 y 2013, la Antártida occidental, Antártida oriental y la Península Antártica perdieron 134, 3 y 23 millones de toneladas de hielo cada año, respectivamente. El deshielo observado en estas tres zonas es suficiente para provocar una elevación del nivel del mar a escala global de 0,45 mm por año.

La tasa media de adelgazamiento del hielo en la Antártida Occidental se ha incrementado en comparación con mediciones anteriores, y la pérdida anual de esta zona es ahora un 33% más alta de la calculada en los cinco años anteriores al inicio del trabajo de CryoSat (lanzado al espacio en 2010).

Equipos de vigilancia de alta resolución

CryoSat está equipado con un altímetro de radar que puede medir la variación de altura de la superficie de hielo en los detalles finos, permitiendo a los científicos registrar los cambios en su volumen con una precisión sin precedentes.

«Gracias al moderno diseño de sus instrumentos a su órbita casi polar, CryoSat permite examinar las regiones costeras y de alta latitud de la Antártida, que hasta ahora eran difíciles de estudiar con detalle, y los datos parecen indicar que estas regiones son cruciales para determinar el desequilibrio en el volumen de hielo de la Antártida», ha explicado el profesor Andrew Shepherd de la Universidad de Leeds (Reino Unido), director del estudio publicado ahora.

Esta área ha sido identificada como la más vulnerable a los cambios en el clima. Las evaluaciones recientes difundidas por la NASA indican que los glaciares de esta zona pueden haber pasado por un punto de retroceso irreversible.

Los gemidos del planeta

En medio de tanto modernismo, de la tecnología, y de la entretención que envuelven nuestra vida cotidiana, hemos seleccionado estos tres temas de actualidad: la crisis bélica en Irak, los inmigrantes ilegales en Europa, y el preocupante deshielo del continente antártico, para llamar nuestra atención.

¿Cuánto dolor sufrirán quienes deben huir de los horrores de la guerra, y huyen hacia destinos tan inciertos? ¿Cuál será la angustia de quienes emigran, en medio de muchos peligros, arriesgando sus vidas, en busca de un bienestar que no encuentran en sus países de origen?

Todo esto nos habla del gemido del hombre y, por otra parte, nos parece que lo que está ocurriendo en  Antártida, el continente blanco, nos habla del «gemido de la creación» del cual la Biblia también advierte (Romanos 8:22).

Fuentes: lavanguardia.com, latercera.com, BBC Mundo, Europa Press.