«Traté una vez, pero no pude…»
Muchas personas piensan como Ud., que seguir al Señor Jesús consiste en una serie de abstinencias, en obedecer ciertos mandamientos, sin la ayuda de Dios. Pero no es así.
La vida cristiana consiste en que Cristo vive su vida dentro de nosotros. Si usted en el pasado intentó cumplir con los mandamientos que se le impusieron, sin que usted haya sido conducido a Dios para un nuevo nacimiento, debía fracasar inevitablemente. ¡Y fracasó!
La vida cristiana no consiste en que usted cumpla con una ley. ¡La vida cristiana consiste en que Cristo viva en usted! Su fracaso anterior era previsible.
Pero ahora tiene una nueva oportunidad. Dios desea que usted venga a Él confesando sus pecados y su impotencia. Usted debe ver que en Cristo hay perdón para sus pecados, y capacidad para vivir una vida que agrada a Dios. La sangre de Jesucristo lo limpia de sus pecados, y la vida poderosa de Jesús le da la victoria para una vida digna de Dios.
Cuando usted se acerque a Dios para un cambio radical en su vida, entonces experimentará algo totalmente nuevo. Se dará cuenta que lo que Dios puso dentro de usted es un recurso todosuficiente para suplir toda su necesidad. ¡Pruébelo y verá!
«Me costará demasiado…»
El precio de algodebe ser siempre proporcional al valor de ese algo. Una bicicleta no vale lo que un auto, o una casa. Una bicicleta vale como bicicleta, no más. Pero una casa o un auto no valen lo que vale una vida. Valen como un auto o una casa, no más.
Jesús dijo: «La vida del hombre no consiste en los bienes que posee». Con eso quiso decir que la vida vale mucho más que los bienes. ¿Cuánto vale su vida? Su vida vale más que todos los bienes que podría usted llegar a tener. Usted asegura sus bienes contra incendios o robos. Usted valora sus bienes, por eso está dispuesto a pagar para asegurarlos. Pero, ¿qué está haciendo para asegurar su vida? Usted dice: «Me costará demasiado…»
¿Sabe usted? Lo mejor que podría hacer es pagar el precio para asegurar su vida. Y el precio no es alto. El precio es perder su vida por causa de Cristo para hallarla después. Usted ofrece su vida, la entrega, y Cristo se la devuelve después,con un increíble valor agregado. Usted le entrega algo pasajero (porque su vida aquí en la tierra lo es), pero Cristo le entrega, a cambio, una vida eterna.
Entre los hombres, el precio de algo debe ser siempre proporcional al valor de ese algo. Pero aquí, en este asunto, no es así. Su vida aquí no tiene el valor de la vida eterna allí. ¿Entonces? El amor de Dios, la gracia de Dios, hace la diferencia. Él suple lo que falta. Su vida aquí (que es tan valiosa para usted) en verdad no vale tanto, Porque está llena de pecado, de impotencia, de injusticia. En cambio, la vida eterna allí vale lo que usted nunca podía haber pagado. Su todo aquí no compra un segundo de la vida de allí.
Con todo, es su vida, y es toda su vida, lo que usted debe pagar. Si usted da su todo, (que no es mucho) Dios pone todo el resto. Para que usted haga el mejor negocio de su vida.