Por la gracia de Dios, soy lo que soy”.
– 1 Cor. 15:10.
¿Has logrado ver con claridad la forma en que Dios ha actuado con respecto a tu vida? ¿No te has maravillado por la forma en que él ha obrado, eligiéndote de entre multitudes a tu alrededor haciéndote su propiedad?
Pienso acerca de esto con frecuencia. Yo fui salvado cuando era estudiante. Tenía más de cuatrocientos compañeros, y de entre todos ellos, la elección de Dios recayó sobre mí. ¿Cómo él pudo hacer esto? Yo estaba perdido entre una gran multitud, y de entre todos ellos, Dios me eligió a mí. ¿Cómo pudo ocurrir esto?
Cuando pensamos en la forma maravillosa en que su gracia nos alcanzó, caemos a sus pies en adoración y reconocemos que él, y solo él, es Dios.
¿Tú te preguntas por qué él te salvó? Permíteme decirte que él te salvó porque salvarte era su deleite. Porque él lo quiso, te eligió y te atrajo hacia sí mismo. De manera que no resta nada por hacer, solo adorarle.
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