Esta es la historia de una madre africana que se convirtió a Cristo. Debido a su fuerte compromiso y devoción al Señor, como tantas veces sucede, el marido se volvió frío con ella, hasta el punto de odiar y despreciar su nueva devoción a Cristo.
Su rabia y amargura alcanzaron el máximo cuando él decidió matar a su esposa e hijos, y después matarse a sí mismo, por sentirse incapaz de vivir en medio de la situación que él mismo había provocado. Sin embargo, él necesitaba un motivo. Decidió, entonces, que la acusaría de hurtar las valiosas llaves de su trabajo, de la casa y del auto. Una tarde, él salió temprano de su trabajo y se fue en dirección al bar. En el camino pasó por una pasarela que cruzaba las aguas del río Nilo. Se detuvo un momento sobre el puente, y lanzó las llaves al agua. Luego, pasó el resto de la tarde bebiendo y embriagándose en la taberna del lugar.
En la misma tarde, ya anocheciendo, la esposa fue al mercado de pescados a fin de comprar algo para preparar de comer. Compró un gran pescado tomado del Nilo. Mientras limpiaba el pez, para su sorpresa, encontró las llaves del marido en el vientre del animal. «¿Cómo habrán venido a dar aquí? ¿En qué circunstancias?» – se preguntó. Pero ella no sabía. Luego que las limpió, las colgó en el gancho donde acostumbraban dejarlas.
Cuando el joven marido regresó a casa esa noche, completamente bebido, dio un puñetazo en la puerta de enfrente y gritó con voz tronante: «Mujer, ¿dónde están mis llaves?». Ella ya estaba acostada, pero se levantó, retiró las llaves del gancho y las entregó a su marido. Al ver las llaves con sus propios ojos, el hombre se sorprendió tanto, que quedó sobrio inmediatamente. En seguida se arrodilló, llorando, pidiendo perdón, y confesando a Jesucristo como su Señor y Salvador. Se convirtió allí mismo.
Billy Graham, citado por Devern Fromke, en «A Janela mais ampla».