Contender y no contender

Gino Iafrancesco, en su ministración realizada en Temuco hace algunos meses atrás, habló acerca de la necesidad que tenemos los cristianos de “contender” y también de “no contender”. Esto, que parece un juego de palabras, es una de las múltiples paradojas que abundan en la Biblia. Pero no es una contradicción.

Si hemos de contender, ha de ser por las cosas esenciales que atañen a la fe, pero en ningún caso hemos de hacerlo por aquellas cosas secundarias –asuntos meramente de opinión–. Iafrancesco lo plantea así: “La propia palabra del Señor nos enseña que, acerca de las cosas esenciales, debemos ser muy serios y cuidadosos, y que debemos ser tolerantes acerca de las cosas periféricas”.

Judas nos llama a contender por la fe en su breve pero firme epístola; Pablo, por su parte, nos llama a no contender sobre opiniones en el capítulo 14 de su epístola a los Romanos.

Lamentablemente, la historia de la iglesia está plagada de ejemplos en que se han invertido los conceptos. Se ha derramado mucha sangre por asuntos “periféricos”, y se ha descuidado lo “esencial”. O bien, si se en algún momento se ha atendido a lo esencial, se ha sobredimensionado lo secundario hasta hacerlo motivo de agria disputa. Son épocas y hombres que han colado el mosquito y han tragado el camello.

Pero la luz que ha estado viniendo en este último tiempo sobre el pueblo de Dios nos advierte acerca del correcto orden de estos dos imperativos. Precisamente, en la revista anterior, publicamos un mensaje de Rubén Chacón titulado “Acerca de las cosas opinables”, en que se apuntaba a esto mismo.

La unidad de la iglesia no debe alcanzarse con pérdida en los dogmas; pero sí con una profunda renunciación a aquellas muchas verdades menores que se han sostenido por años, y que constituyen la bandera de lucha de tantos ministerios y denominaciones.

Dar a cada cosa su justo valor y lugar es señal de sabiduría y madurez espiritual. Rogamos al Señor para que en este tiempo que vivimos, este principio sea el que guíe nuestra conducta con nuestros hermanos.

TEMA DE PORTADA
Verdades esenciales de la fe cristiana
Lo que Dios le ha confiado a la Iglesia.
Gino Iafrancesco
Sembrando para el Espíritu
Potencialmente, los cristianos tienen la capacidad de sembrar para la carne o para el Espíritu.
Gonzalo Sepúlveda
Betania
Una mirada al microcosmos de la vida de la iglesia local.
Eliseo Apablaza
Las cualidades de la mujer que Dios quiere usar
La mujer, con sus características peculiares, está llamada a expresar cualidades propias de Cristo.
Rubén Chacón
Los vencedores y la herencia (3)
Cómo Dios cumplirá su propósito de llevar muchos hijos a la gloria.
Rodrigo Abarca
Muéstrame tu camino (4)
Las obras, los caminos y el propósito de Dios.
Dana Congdon

LEGADO
El poder de la presión
Dios no responde las oraciones de su pueblo quitando las presiones, sino aumentando la capacidad de soportarlas y vencer los desafíos.
Watchman Nee

ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
Profeta de la piedad
Semblanza de Philipp Jakob Spener, considerado el padre del pietismo.
El pietismo: La necesidad de nacer de nuevo
La parte de la historia de la Iglesia que no ha sido debidamente contada.
Rodrigo Abarca

ESTUDIO BÍBLICO
Bosquejo de Abdías
A.T. Pierson
Viendo a Cristo en la comunión cristiana
Estudio de la 1ª Epístola de Juan.
Stephen Kaung
Símbolos y tipos del Antiguo Testamento (13)
Símbolos en la vida de Isaac.
A. B. Simpson

APOLOGÉTICA
Breve introducción al discernimiento del conflicto de paradigmas (6)
Gino Iafrancesco
El aporte del existencialismo
Diálogos entre Teología y Filosofía.
Rubén Chacón

HISTORIAS VERDADERAS
Un mensajero inusual
A menudo, Dios nos envía sus mensajeros y nosotros no los tomamos en serio.
Harry Foster

SECCIONES FIJAS
Joyas de inspiración
Bocadillos de la mesa del Rey
Maravillas de Dios

POEMA
Amor divino
Carlos Araujo

PAGINA DEL LECTOR
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