Si todo aquello que de ti procede
es santo, es puro, es bueno, es agradable;
si toda tu naturaleza es gracia,
y todo tú eres digno de alabanza,
¡entonces de tu nombre soy creyente!
¡Jesús! La inamovible roca viva,
el agua que destila a borbotones;
el prístino raudal de Dios el Padre;
la boca tierna que nos habla fuerte;
la dulce fuerza de la fe gozosa;
el gozo de la vida en abundancia.
¡Jesús! Resurrección prevista eterna;
no pudo el hábil Tentador, furioso,
torcer la voluntad de tu designio,
ni el peso del pecado de los hombres,
en el sepulcro, retener tu cuerpo.
¡Jesús! De Dios el Cristo revelado,
tu fe trasciende poderosa al mundo
y emerges, mi Señor, resucitado,
bendito precursor de vencedores;
precioso Salvador glorificado.
¡Si toda tu naturaleza es gracia,
entonces, de tu nombre, soy creyente!