La cristiandad está siendo testigo de un nuevo paradigma en el mover de Dios.
Elías estaba sentado cerca de un arroyo, en aquella sequía en Israel, cuando de repente, el arroyo se secó. Él comenzó a quejarse: «Señor, ¿qué estás haciendo conmigo? ¿Acaso este arroyo no vino de ti para mi provisión?». «Sí», respondió Dios.
¿Qué hizo Elías entonces? ¿Usted piensa que él se levantó para reprender al diablo? ¡No! Al contrario, él oyó la explicación de Dios: «Elías, este arroyo se secó porque yo quiero abrir otra fuente».
Me gustaría sugerir que Dios se ha estado manifestando desde 1945 hasta acá, en un avivamiento de señales, sanidades y grandes ministerios. El Espíritu de Dios ha sido derramado, y grandes hombres de Dios se han levantado para proclamar la Palabra. A pesar de algunas cosas falsas entre medio, Dios realmente estaba con esos ministerios, y multitudes abarrotaban las grandes carpas donde señales y maravillas se manifestaban.
En esa época, yo quedé confuso y le pregunté al Señor: «¿Qué estás haciendo?». Él me mostró que este es el ministerio de Juan el Bautista, proclamando: «¡Despierta, iglesia! ¡Despierta, mundo! ¡Dios se está moviendo en la tierra!».
Pero digo una verdad: este arroyo se está secando, los ministerios individuales se están secando. En otro lugar, Dios está abriendo otra fuente llamada «el cuerpo de Cristo». Y en la medida que el nuevo arroyo comienza a fluir, mucha suciedad e impureza inicial comienza a salir a flote y a ser llevada por los primeros torrentes. Si vemos algunas manifestaciones u operaciones raras dentro de este cuerpo que se está formando, podemos quedarnos tranquilos, pues con el tiempo las aguas se limpiarán.
Al mismo tiempo, serán necesarios cambios muy drásticos para efectuar esta transición en el plan de Dios. Uno de los primeros cambios es que usted no podrá más contratar un pastor para hacer todo su trabajo. ¡Cada uno tendrá que funcionar, él mismo, en el lugar escogido por Dios! Dios está derribando ese sistema viejo. Él está llevando a sus siervos hacia ministerios más perfectos en su plan.
Alguien va a decir: «¿Acaso no fue de Dios todo lo que tuvimos hasta ahora: pastores, iglesias y grandes ministerios?». ¡Sí, realmente fue de Dios! Pero ahora ese arroyo se está secando.
Otro arroyo está comenzando a fluir. Se llama Cuerpo de Cristo, o también «Funcionamiento de cada miembro». Es cuando cada hombre, mujer o niño, participa y se desarrolla en el derramamiento y el fluir del Espíritu de Dios. Como resultado, se quiebra aquel patrón doble de acción (clero y laicos, teórico y experimental).
Algunas personas han denominado este nuevo arroyo «el nuevo derramamiento del Espíritu», o «Renovación Carismática». Este nombre no es adecuado. No es una reforma ni una renovación – ¡es una revolución! Y si es una revolución, algunos serán heridos, algunas cosas serán derribadas, habrá cambios, cosas extrañas, tumultos, y muchas cosas que nos gustaría que nunca sucediesen. Pero no hay otro camino. ¿Usted piensa que es posible una revolución sin una chispa al menos?
Bob MumfordTomado de Reinando em Vida. Traducido desde el portugués.