…el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida”.
– 1 Timoteo 1:5.
Es muy posible que todos tengamos una conciencia perfectamente buena. ¡Qué felicidad!
¿Tienes buena conciencia? ¿Estás bajo acusación o bajo condenación? ¿Te preocupas por la maldad de tu corazón? Eso significa que no tienes la respuesta de una buena conciencia para con Dios. ¿Cuál es el problema? Sigues buscando algo de la naturaleza, del hombre viejo. Es mejor que renuncies a ello, pues la única salida es repudiarlo.
Convéncete a ti mismo y dile al acusador de una vez por todas que en ti, es decir, en tu carne, no habita nada bueno, y que nunca esperas encontrar nada. El enemigo lo sabe, y sin embargo está tratando de meterte en una búsqueda imposible de algo que él sabe que nunca encontrarás, y así es como te mantiene preocupado.
Entonces, ¿por qué no venimos al terreno del Señor y lo superamos? Dejemos claro que no podemos esperar encontrar nada bueno en nuestra vieja naturaleza. Todo nuestro bien está en Otro, en nuestro Señor Jesús. Es la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús.
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