Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”
Rom. 10:8-9.
He aquí la pregunta más importante de tu vida. No pregunto si eres miembro de una iglesia, ni cuán bueno eres, ni cuántas buenas obras has realizado, sino si eres salvo. Solo Dios salva. ¿Y cómo ocurre esto?
Primero, debes reconocer que eres pecador. “No hay justo, ni aun uno” (Rom. 3:10), y por cuanto eres pecador, estás condenado, “porque la paga del pecado es muerte” (Rom. 6:23). Esto significa separación eterna de Dios. Sin embargo, Dios nos amó de tal manera que dio a su único Hijo, quien murió y derramó su sangre para que nuestros pecados fuesen perdonados.
Segundo, debes creer en Jesús. “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hech. 16:31). Es sencillo: solo tienes que creer que él ya pagó por todos tus pecados.
No esperes más tiempo. ¡Dios quiere salvarte! Solo tienes que decir: “Dios mío, soy un pecador; perdóname, estoy arrepentido. Quiero recibir a Cristo en mi corazón”. “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Rom. 10:13). Así está escrito. Créelo y ponlo en práctica. Recibe hoy mismo la salvación que Dios ha preparado para ti.
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