Revista 70 / Abril a Junio 2013

Palabra que hiere y sana

«¡Qué plenitud de belleza hay en esta Persona que es Dios y hombre al mismo tiempo!». Esta exclamación se lee en el artículo de Henry Law, antiguo siervo del Señor, que publicamos en esta edición. La frase también nos confirma en la inspiración de esta revista. Siempre hay un nuevo aspecto de Cristo que, revelado por el Espíritu Santo a través de las Sagradas Escrituras, nos trae la frescura de su vida abundante.

La palabra a veces nos conmueve las entrañas, y como afilada daga cala hasta lo más profundo, exponiendo los secretos mejor guardados, para que sean juzgados en la presencia del Señor; pero, al mismo tiempo, la palabra que hiere también trae sanidad y dulzura al corazón afligido, cansado y tal vez derrotado, para que cobremos nuevo aliento y veamos, en cada detalle, el amor de Cristo por su pueblo y las más solemnes advertencias a sus siervos, para que nunca banalicemos este llamamiento y salvación tan grandes.

Diversos autores, del presente y del pasado, nos traen un solo mensaje: que, desconfiando y abandonando los recursos de la carne, echemos mano a la vida preciosa y poderosa de Cristo implantada por su Espíritu en nuestros corazones.

Que el Señor sane a su pueblo, consuele a sus afligidos y que, como cuerpo de Cristo, seamos un testimonio vivo a la presente generación.