Este número se menciona 80 veces en la Biblia. En hebreo es ‘Sh’moneh’ de la raíz ‘Shah’meyn’ engordar, cubrir de gordura, sobreabundar. Como participio significa «aquel que es rico en vigor». Como sustantivo indica «fertilidad sobreabundante», «aceite», etc. Y como numeral es el número sobreabundante.
Como el siete fue llamado así por el hecho de que el séptimo día es el de la conclusión o descanso; el ocho, como el octavo día, estaba por encima de este número perfecto, y fue el primero de un nuevo período. Representa así dos números en uno, el primero y el octavo. En lo que se refiere al primer período, representa la «resurrección», porque el antiguo orden de las cosas terminó, un nuevo número surge entonces para tipificar la vida salida de la muerte.
Además de eso, en lo que concierne a la cualidad de esa vida resucitada, 8 = 7+1, habla de algo más que lo perfecto. Si observamos el segundo período después del siete, entonces el número ocho expresa lo que es nuevo, en contraste con lo antiguo que fue ahora eliminado, indicando así que la serie anterior se completó. Se trata del sello del nuevo pacto, de la nueva creación, caracterizándolas de esa forma. En resumen, el número ocho es el número especialmente asociado con la «resurrección» y la «regeneración», y con el comienzo de una nueva era u orden.
Cristo resucitó de los muertos «el primer día de la semana», que necesariamente fue el octavo día. Es notable que la Biblia contenga el registro de otras ocho resurrecciones individuales además de las del Señor y de los santos. Cuando la tierra estaba cubierta por el diluvio, Noé fue la ‘octava persona’ (2 Pd.2:5) que pisó la tierra a fin de dar inicio a un nuevo orden de cosas. «Ocho personas» (1 Pd.3:20), incluido él, pasaron al nuevo mundo regenerado. Esas ocho almas fueron salvas y resucitadas en el arca que es un tipo de Cristo.
La circuncisión de los niños de sexo masculino en Israel es una sombra de la verdadera circuncisión del corazón, que debería ser «no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo» (Cl.2:11). El hijo varón era circuncidado al octavo día. El ocho está ligado así a la nueva creación.
El primogénito debía ser dado al Señor el octavo día (Ex.22:29-30). En este tipo, significa que nuestra consagración es realizada en base a la resurrección. De acuerdo a esto, vemos que Aarón y sus hijos fueron consagrados durante siete días y comenzaron su ministerio el octavo (Lv.8:31-36).
Por causa de que Cristo es «el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia» (Cl.1:18), el número ocho también está ligado al Señorío y Soberanía de Jesucristo. Por la gematría,1 los siguientes nombres de Jesús están marcados con el número ocho como un factor:
Jesús 888 (8×111)
Cristo 1480 (8×185)
Señor 800 (8×100)
Nuestro Señor 1768 (8×221)
Salvador 1408 (8x8x22)
Emmanuel 25600 (8x8x8x50)
Mesías 656 (8×82)
Hijo 880 (8×110)
Hay ocho referencias al Antiguo Testamento en Apocalipsis 1, sobre las cuales se basan las reivindicaciones del Señorío de Jesús. Ellas se encuentran ordenadas en forma de una epanástrofe,2 la primera extraída del mismo libro de la octava, la segunda correspondiendo de la misma manera a la séptima, la tercera a la sexta, y la cuarta a la quinta. Siendo así, el sello divino de la perfección sobreabundante se halla aquí establecido en las Escrituras que declaran el Señorío de Jesús:
A ……… Ap.1:5 …….. Is.55:4
B …….. Ap.1:7 …….. Dn.7:13
C …… Ap.1:8 …….. Zc.12:10
D …. Ap.1:8 …….. Is.41:4;44:6;48:12
D …. Ap.1:11 ……. Is.41:4;44:6;48:12
C …… Ap.1:12 ……. Zc.4:2
B ……. Ap.1:13-15 … Dn.7:9;13:22;10:5-6
A ……… Ap.1:16 …….. Is.49:2
La fiesta de los Tabernáculos duraba ocho días (Lv.23:36). La fiesta propiamente dicha duraba siete días, pero a los siete fue agregado un octavo; y por la ley levítica ese día era siempre observado como un día de descanso (Lv.23:39). Esta fiesta es tipo del júbilo y descanso del milenio, cuando Cristo reine sobre toda la tierra. Fue en el último día de la fiesta de los Tabernáculos que Jesús se levantó exclamando: «Si alguno tiene sed, venga a mí y beba» (Jn.7:37). Este último día –el octavo– era, como tipo, el gran día, pues en él dejaban las tiendas y regresaban a sus casas. De la misma forma, después del milenio, la gloria temporal será sustituida por la entrada en los nuevos cielos y la nueva tierra; y tendrá inicio el día eterno –el gran día– en que el tabernáculo de Dios estará con los hombres, y Dios, en Cristo, será todo en todos.
Fue probablemente con la idea de la fiesta de los Tabernáculos en mente que Pedro sugirió al Señor en el Monte de la Transfiguración hacer tres tiendas, para Jesús, Moisés y Elías. Moisés y Elías no fueron mostrados en el mismo plano de Jesús. Cristo, el Rey, es incomparable y se halla sin duda por encima de todos. Esta visión del reino de Dios a Pedro y sus compañeros tuvo lugar el octavo día (inclusive) después del primer anuncio de los sufrimientos de Cristo (Lc.9:28). «Pasados ocho días» (Jn.20:26) otro discípulo, Tomás, que todavía tenía dudas, fue llevado a reconocer la soberanía de Jesús.
Existen ocho cánticos en el Antiguo Testamento además de los contenidos en los Salmos (Ex.15; Nm.21:17; Dt.32; Jue.5;2; S.22; el Cantar de los cantares; Is.5; Is.26). Estos ocho cánticos aguardan para ser cantados después de la resurrección, pues eso sólo sucederá cuando «destruya la muerte para siempre» (Is.25:8).
1 Gematría es el cálculo de la equivalencia numérica de letras, palabras, o frases, para, sobre esa base, hacerse una idea de la correlación de conceptos diferentes y explorar la relación mutua entre palabras e ideas. (Nota del Editor).
2 Epanástrofe o concatenación es una figura de dicción que supone la repetición a distancia de partes iguales de un verso o período. (Nota del Editor).